- Localidad: Frias
- Fecha: Domingo más cercano al 24 de Junio
El 12 de mayo de 1435 el rey Juan II concede a Frías el titulo de ciudad, pero el 12 de agosto de 1446 cambia con Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, la Villa de Peñafiel por nuestra ciudad. El conde toma posesión del pueblo por un Portillo del Castillo que todavía se le conoce como “puerta falsa".
Al principio hubo buenas relaciones entre el conde y la ciudad, pero poco a poco fue quitando los fueros que tenia además de ir subiendo los impuestos lo que colmo la paciencia de los vecinos, que se negaban a pagarlos cuatro años después de haber perdido sus libertades.
En el mes de julio de 1450 los hombres del conde cercaron Frías por todas partes. Los vecinos de Frías, nombraron a un joven aguerrido y valiente para que fuese el encargado de dirigir la guerra contra el Conde. Este nombramiento y el recuerdo de aquel asedio es el motivo de la celebración de la fiesta del Capitán. Esta fiesta se viene celebrando con mucha rigurosidad desde los mismos tiempos del acontecimiento, por ordenanza municipal (ordenanza nº 43, año 1481), el 24 de Junio.
La vestimenta del capitán, que no encaja con la que se llevaba en la época, es una chaqueta de los años napoleónicos, un pantalón blanco con insignias de Capitán, sable y gorro. Al Capitán le acompañan cuatro danzadores que visten con pantalón blanco, camisa blanca, un faldón blanco almidonado, alpargatas blancas con cintas rojas, una cinta roja en la cabeza común clavel a un lado y un cigarro puro en el otro, una banda gruesa que cruza el pecho del hombro hasta la cintura de donde cuelga un bonito pañuelo. En el cuello a modo de corbata, una cinta también roja sujeta por un anillo. De complemento unas castañuelas que son tocadas por los danzantes con gran habilidad al ritmo marcado por los dulzaineros y el redoblante.
La fiesta se celebraba siempre el 24 de Junio, pero por decisión municipal desde el año 1964, se celebra el domingo más cercano al día 24 de Junio.
Ya de vísperas se reúnen en la Calle del Mercado los danzadores, que tras un solemne baile y acompañados por toda la ciudad, se dirigen hacia el Ayuntamiento bailando por toda la calle la tradicional danza de San Juan. Una vez en el Ayuntamiento se recoge la bandera y la comitiva se dirige hacia el castillo donde se procederá al nombramiento del Capitán, tras el revoloteo de la bandera realizado por los aspirantes a ello. Así tras dar la primera vuelta por las calles de Frías al anochecer se dan por terminado los actos de vísperas.
El día grande de la fiesta comienza muy temprano, cuando todavía no ha salido el sol, los danzantes junto con los gaiteros, al son de una música especial para ello, y con el ruido de los cohetes, recorren casa por casa todas las calles de la Ciudad, en las tradicionales dianas.
Una vez acabada la diana en la Parroquia de San Vicente Mártir se celebra la Misa del Capitán, a su finalización, dará comienzo la Segunda Vuelta.
La bandera del Capitán que ondea en el Ayuntamiento es recogida por el Capitán que tras ser alabado por los danzantes con su correspondiente viva, “A la salud del Capitán y su acompañamiento, que Dios le guarde por muchos años. ¡QUE VIVA!", comienza su camino por las calles de la ciudad hacia el puente acompañado además de los danzadores, dulzaineros y redoblante por las autoridades, vecinos y visitantes de la ciudad, por unos hermosos caballos enjaezados.
Cuando el Capitán llega a termino de la calzada romana (canaleja), ordena: ¡Chiquillos a las habas y las cerezas!, Y la chiquillería corre a las huertas y fincas a coger dicho fruto. La comitiva llega al puente románico y se acercan a la Era de Santa Maria del Puente, donde el Capitán que hasta ahora había llevado la bandera al hombro, hace una reverencia respondiendo a los vivas de los danzantes quitándose el sombrero, revolotea la bandera a ras de suelo formando solamente una sola serie de movimientos y la lleva elegantemente sobre su hombro.
Tras los vitoreos se vuelve a la Ciudad acompañados también por los cánticos de las mujeres, por el camino de la Rueda, haciendo otra parada en la Era de San Juan, lugar donde estuvo la iglesia de este nombre, y el Capitán repite lo mismo que anteriormente con la bandera pero con dos series de movimientos. A continuación se llega a la Ciudad donde el Capitán revolotea la bandera una tercera vez.
Ya llegada la tarde llega el acto más importante y llamativo de la fiesta, el baile de la tradicional JOTA DE SAN JUAN. El Capitán sale del Ayuntamiento acompañado por los danzantes en busca de la moza que ese año la ha sido escogida para ser la Capitana. De vuelta a la plaza del Ayuntamiento se celebrara el baile, que es aplaudido calurosamente por el público asistente. Seguidamente el Baile de la Justicia, donde la corporación Municipal con sus respectivas mujeres interpretan el baile.
Termina la fiesta con la tercera vuelta a la Ciudad. En la calle del Convenio en una piedra blanca y circular el Capitán clava la bandera en el centro y reparte rape a todos los asistentes en recuerdo del reparto de víveres que se hizo en el famoso asedio.