La zona burebana incluida dentro del Espacio Natural de Montes Obarenes, hace ahora una década, tiene todo a su favor para convertirse en el tercer motor de desarrollo socioeconómico mediante el aprovechamiento de sus recursos naturales y potencial turístico. Durante estos diez años las inversiones para desarrollar ese potencial han sido continuas en el tiempo, e incluyen la Casa del Parque de Oña, Centro de Recepción de Pancorbo y una amplia red de senderos naturales. Igualmente, al hilo de la declaración de esta extensa zona -una superficie aproximada de 33.064 hectáreas-, se ha primado el deseo de conservar y proteger los valores morfológicos, hidrológicos, biológicos, histórico-artísticos y culturales del territorio. Por ello, la preservación de su biodiversidad y el mantenimiento de la dinámica y estructura de sus ecosistemas, así como garantizar la persistencia de los recursos genéticos más significativos, se han respetado. Esto ha dejado en prácticamente nulo el impacto en el espacio natural demás de contar con la homologación de las rutas por la Federación de Montaña. Otra actuación en una línea semejante ha sido la construcción de varios miradores panorámicos aprovechando puntos especialmente interesantes ya accesibles por vehículos. Así, desde el Mirador del Portillo de Busto se puede contemplar una gran extensión de La Bureba, o desde el mirador de la peña El Mazo de Pancorbo el impresionante desfiladero. Al tomarse la decisión de declarar este amplio territorio como espacio natural, además de las actuaciones sobre el territorio se fijaron también varios objetivos básicos. Con una visión integral del espacio se apostó por la promoción del conocimiento y disfrute de sus valores naturales y culturales desde los puntos de vista educativo, científico, recreativo y turístico, fomentando un uso público ordenado.Al mismo tiempo, otro de los puntos clave era el impulsar el desarrollo socioeconómico de las poblaciones de la Zona de Influencia Socioeconómica del Espacio Natural, basado en el uso sostenible de los recursos naturales, mejorando la calidad de vida de forma compatible con la conservación de sus valores naturales y culturales. Sin añadir las iniciativas promovidas por los emprendedores, este aspecto ya se ha concretado en forma de importantes infraestructuras en puntos de especial relevancia como el albergue juvenil de Ranera. Éste es uno de los más claros ejemplos del efecto positivo para el territorio, ya que se ubica en una localidad estratégica pero sin ninguna infraestructura turística. Su potencial, recogido en un amplio y detallado estudio realizado por la consultoría DGE Bruxelles, en actividades gestionadas por emprendedores aprovechando la sinergia con otras actividades muestran la posibilidad del total aprovechamiento de los recursos naturales. Cuestión especialmente visible en el sector turístico del espacio natural, que puede convertirlo en un importante valor añadido al poderse compatibilizar con apartados turísticos mucho más promocionados hasta la fecha. Así, la puesta en marcha del camping de Busto de Bureba, para solventar la ausencia de alojamientos de la villa, fue uno de los primeros pasos dados para aprovechar un nicho turístico poco explotado en la comarca.Pese a que las estadísticas sobre el impacto socioeconómico y la creación de empleo asociada a los espacios naturales protegidos de Castilla y León, dejan claros los grandes beneficios para las zonas donde estos se han creado en La Bureba, aún es casi simbólico. La ausencia de proyectos empresariales para el aprovechamiento de los recursos de Monte Obarenes ya se destacó en el estudio realizado habida cuenta de que las fortalezas, especialmente para proyectos de turismo activo, superaban notablemente a las debilidades.
Correo de Burgos
Gerardo González 28/05/2015