El Museo Etnográfico de Montejo de San Miguel, ubicado en un antiguo lagar, ha ampliado su colección con una prensa de uva centenaria y sigue recordando los viejos oficios

 

A.C. / Montejo de San Miguel

La Asociación Cultural Trébede, formada por los hermanos García Martínez, sigue haciendo crecer al Museo Etnográfico de Montejo de San Miguel. El centro, abierto en 2003 en un antiguo lagar, que también hizo las veces de bodega, granero y pajar, y que en 2005 se completó con un museo de antigua maquinaria agrícola, cuenta ahora con una nueva pieza, una prensa de uva que da fe de la producción de chacolí que antaño fue habitual en la comarca.
Con 2.500 kilogramos de peso, una viga de 60 centímetros de ancho por otros 60 de alto y 3,5 metros longitud, la prensa fabricada con madera de roble y nogal, es una colosal muestra de otros tiempos y otros cultivos. Fue rescatada de la intemperie en la localidad tobalinesa de Promediano, donde estaba a punto de ser devorada por el olvido, pero ahora ya forma parte de la inmensa colección de historia viva del Museo de Montejo de San Miguel, cuyo lema es ‘Una mirada al pasado... Un paso al futuro’.
Es una muestra más de la importancia que el vino junto con el cereal tuvo en la antigua cultura agrícola del Valle de Tobalina y su entorno. El propio museo y su contenido museo también son prueba de ello. En el inmueble, que está a punto de cumplir 200 años, se conservan dos inmensas tinas que se hallaban en el edificio de forma original y que cuentan con capacidad para 7.000 litros de vino cada una. Se encuentran a la entrada y dan la bienvenida al visitante del museo, que exhibe numeroso material de vitivinicultura y conserva la antigua bodega subterránea del edificio, donde se guardan seis cubas de roble de distintas dimensiones.
El Museo Etnográfico de San Miguel ofrece una visita guiada de una hora y cuarto a sus visitantes, donde a buen seguro recordarán, si son mayores, o aprenderán, si son más jóvenes. Luis Alberto García destaca el interés que muestran algunos visitantes, que regresan por segunda vez a disfrutar de la muestra con algún familiar o amigos y se desplazan cientos de kilómetros para ello. Pero para quienes quieran vivirlo y no solo verlo, el Museo también organiza cada año numerosas actividades, la mayoría encaminadas a recordar antiguos oficios al borde de la desaparición o en un imparable proceso de cambio.
El V Taller de Cantería celebrado entre los pasados 25 y 29 de julio y al que asistieron durante 20 horas un total de 12 alumnos bajo las órdenes de Julio Peña es una de sus propuestas. El taller concluyó con una demostración de cantería, en la que se mostró, entre otras cosas, el antiguo modo de transporte de las piedras.

Mañana, exhibición

Las exhibiciones, que se repiten cada año y han recordado los oficios de las hilanderas, la agricultura, el carbonero, el resinero o el esquilador, entre otros muchos, continuarán mañana, viernes, con una nueva tarde de regreso al pasado. Desde las seis de la tarde hasta las nueve de la noche, el artista de Quintanaseca Fernando García tallará la madera. A su lado trabajarán un antiguo cachavero de Quintana Martín-Galíndez, Juan Villaluenga, que moldeará el olmo, el fresno y el avellano para hacer cachavas, y Valentín, de Frías, que mostrará la tarea del cucharero y su habilidad con el boj. Quienes lo deseen podrán ver en directo su trabajo.

Fuente de la noticia: 

Diario de Burgos

4/8/2011