El futuro de una decena de familias descansa en algún despacho de la Confederación Hidrográfica del Ebro en Zaragoza desde principios de este mes, tras la visita de la técnicos a la zona del camping de Frías engullida por el Ebro en las pasadas inundaciones. Según el titular de la instalación, Juan Ramón Ford, «desde esta primera inspección no ha vuelto a aparecer nadie que explique cómo y cuando se solucionará el daño causado por el desbordamiento, y que ha dejado inutilizada la instalación turística».
Ante esta situación Ford manifiesta que «he pensado ir a Zaragoza a ver si por lo menos, alguien me escucha», ya que recuerda que una decena de familias dependen del camping, «que tal y como está ahora mismo, es inviable que funcione con normalidad», asegura.
De hecho, desde la riada los ingresos han sido cero pues como razona el titular «no puedo cobrar nada si no puedo dar los servicios adecuados», todos ellos dañados y vinculados a la imprescindible reparación del daño en la ribera.
Ford no se plantea abandonar pero sí mira con temor al futuro, al ver acercarse «las temporadas de Semana Santa y verano sin que se sepa cómo se va a resolver la situación», al depender exclusivamente de la decisión del ente regulador de la cuenca del Ebro.
Ésta es, precisamente, la particularidad de la situación del camping fredense ya que los trámites sobre reclamaciones de daños no se vinculan con el problema real sobre el que depende el futuro de la instalación.
Total desinformación
De hecho, solamente la CHE tiene la competencia de determinar si se reconstruye la zona desaparecida de la ribera o se toma otra medida, y sólo entonces se podría iniciar la reconstrucción de las infraestructuras de servicios de la instalación.
Por ello, la absoluta falta de información mantiene la preocupante situación actual, agravada por la imposibilidad de actuar motu propio por parte del titular a la hora de intentar dar soluciones alternativas a los usuarios del establecimiento, pues está prohibida cualquier clase de actuación en la zona arrasada. Pese a todo Ford afirma que «no me he planteado abandonar», pero al tiempo reclama que «se decida algo» para poder iniciar los trabajos de puesta en servicio del camping.
En este caso, el factor tiempo sí es algo de especial relevancia al ser evidente que tanto la reconstrucción de la zona con la restauración de conducciones, o la consolidación de la zona requerirán de un amplio periodo de tiempo. Además del uso de maquinaria pesada, lo que impedirá el funcionamiento de la instalación durante las obras.
Con la vista puesta en una de las principales épocas de ocupación con que cuenta el camping, la intervención debería comenzar sobre el terreno en un plazo muy breve de tiempo para intentar minimizar el ya de por sí enorme daño que el desbordamiento causó en las instalaciones al quedar éstas completamente cubiertas por el agua.
Los daños fueron tales, remarca, que Ford aún hoy no se arriesga a dar una cuantía económica, ya que es la más grave en los 36 años de funcionamiento de la instalación, «cifra que cada día la cifra aumenta más por el silencio de la CHE sobre su decisión».
VISITA DEL RESPONSABLE
Cabe recordar que el presidente de la CHE, Xavier de Pedro, visitó días después de la riada el camping fredense donde declaró, ante las peticiones de los afectados, que «el equilibrio medioambiental y la mejora de una sección de cauce que demandan los ciudadanos es un permanente debate». afirmó. «Pero si tenemos un informe medioambiental negativo no podemos autorizar una limpieza, y nos vemos condicionados por las muchas declaraciones de protección ambiental, no obstante las estudiaremos y si hay necesidad de limpieza se plantearán a Medio Ambiente», añadió entonces.
A fecha de hoy estas cuestiones administrativas ejercen un efecto colateral del que depende el futuro laboral y económico de una decena de familias por menos de cincuenta metros de tierra que se llevó el crecido Ebro.
GERARDO GONZÁLEZ 23/02/2015