Fernando García, propietario del conocido taller de artesanía  en madera Artatxori, ubicado en el barrio Quintanaseca de Frías, se ha lanzado a abrir una granja de gallinas ecológicas. Esta actividad la complementa, además, con huerta y frutales en los que no usa producto químico alguno. Su filosofía de vida sigue estando vinculada el entorno rural y al mantenimiento de una economía de proximidad. «Una forma de cerrar el círculo», explica él mismo.
Los huevos que producen sus 60 gallinas ecológicas, y también sus productos hortícolas y frutales,  se podrán comprar muy pronto en mercados de la comarca. Fernando García se dirigirá a clientes que valoran la calidad por encima del precio. Una docena de huevos ecológicos suele costar unos cuatro euros. La ventaja está en que las gallinas se han alimentado de pienso sin colorantes, sin pesticidas y sin transgénicos, que no están en jaulas y que disponen como mínimo de cuatro metros cuadrados de espacio para moverse y pastar en el exterior.  
Estas aves se salvaron de la grave riada que sufrió Frías el pasado 31 de enero a pesar de que el agua entró en su corral y lo cubrió cincuenta centímetros. Las gallinas se subieron a los palos colgados en la parte alta. En este sentido,  García ha empezado con buen pie. La puesta en marcha de su explotación ecológica le ha llevado casi dos años de papeleo pero ya está todo listo. Ahora, cuenta con 60 gallinas y antes de que acabe el año tendrá otras 180 más. 
La variedad por la que se ha inclinado ha sido la denominada gallina roja aunque no descarta traer la autóctona o  castellana negra, que es más fuerte y resistente a las enfermedades aunque produce menos huevos. Estas aves, según explica son «fotodependientes» y producen más en  verano que en invierno debido a las horas de luz. «La producción está siendo alta, un 80% de ellas están poniendo huevos», apunta. En cuanto al precio de los huevos ecológicos, García indica que el alimento sin tóxicos del animal se lleva un 60% y el resto se invierte en su bienestar y en el terreno que ocupan, que es más amplio que en las granjas  extensivas.   
 
artesano a la vez. Fernando García es de origen vasco y lleva afincado desde el año 2002 en Quintanaseca, donde tiene raíces familiares. Hasta ahora, se le conocía en su faceta de artesano y escultor de la madera. En todos sus trabajos, reutiliza materiales. El destino natural de las viejas maderas de la comarca son las hogueras y García las libra de ese final. Habla con gentes y con constructores del entorno para que le faciliten muebles viejos, herrajes y tarimas; maderas sobre todo de roble, olmo y nogal, la mayoría de hace unos 200 años. Él lo lleva a su taller llamado Artaxori (gorrión en euskera) y allí lo dedica horas y horas para darle una nueva vida. Todos los años, suele exponer sus atractivos trabajos en ferias de ámbito local. 

 

 

Fuente de la noticia: 

M.J.F. / Quintanaseca - domingo, 22 de marzo de 2015